Gracias a la tendencia positiva de los datos de contagio del COVID-19 en nuestro país y con un amplio porcentaje de la población vacunada, muchas compañías se plantean poner fin al periodo de teletrabajo que tuvieron que iniciar hace ya dos años.
La necesidad de motivar a sus equipos se hace ahora más evidente que nunca, ya que muchos profesionales que vuelven a ocupar sus puestos en las oficinas corporativas acusan distintos grados de desmotivación debido a las circunstancias con las que han tenido que convivir a lo largo de este tiempo de pandemia.
A nivel personal, todos hemos vivido de forma muy directa y repentina el peligro sanitario y el estado de alerta permanente. Muchos han tenido que aprender a gestionar un grado de incertidumbre que no conocían hasta entonces, lo que ha desestabilizado tanto su mundo personal como el profesional. A esto se suma la pérdida repentina de familiares y amigos, un golpe que puede hacer replantear a muchos sus prioridades. Además, las distintas etapas de confinamiento físico han tenido, sin duda, un alto coste en desgaste físico y, por tanto, mental.
A nivel estrictamente profesional, la falta de contacto entre los integrantes de los equipos ha hecho desaparecer la retroalimentación entre ellos, que se generaba cuando podían compartir en persona sus retos, sus dificultades diarias y la alegría al alcanzar sus objetivos. Esta soledad ha sido difícil de vencer en reuniones por vídeo llamada y ha dado lugar, finalmente, a una desorientación general con respecto a las tareas, estrategias y objetivos, individuales y colectivos, de los profesionales.
Como dice Juanma López Iturriaga, comunicador y exjugador de baloncesto, sobre la motivación de equipos, “la vida sigue y hay que plantear nuevos retos constantemente en base a lo que los equipos demanden, tanto individual como colectivamente”. Este profesional es un speaker experto en motivación, un profesional de gran carisma que transmite cercanía, honestidad y todos los valores del deporte: compañerismo, sentido de colectividad, trabajo en equipo, empatía, solidaridad… Para él, una de las claves para motivar a un equipo es que la persona que lo lidera sea un buen comunicador, coherente, creíble, que se comunique desde la humildad, el respeto y las ganas de mejorar. Además, actividades expresamente diseñadas para reforzar la motivación, como el teambuilding, resultan fundamentales, ya que fomentan el espíritu de equipo, la competencia, el apoyo entre compañeros e inspiran valores positivos.